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NO&DO

El NO8DO es el lema y el logotipo de la ciudad de Sevilla. Nacido hace siglos y convertido en emblema institucional de la ciudad, forma parte de la realidad hispalense con un uso tan intenso como prolijo, aunque poco se sabe acerca de su significado y origen, que tradicionalmente se ha ligado al "no-madeja-do" con el que Alfonso X el Sabio habría reconocido en 1283 la fidelidad de la urbe con ocasión de la guerra sucesoria contra su hijo Don Sancho que marcó el final de su reinado. A raíz de aquello las gentes se dividieron en dos bandos: los que apoyaban al rey Alfonso y los que seguían a su hijo, el príncipe Sancho. España se vio así envuelta en una dolorosa contienda entre padre e hijo. El ejército de don Sancho iba cada día ganando más adeptos y territorios y logró alzarse como rey en la mayor parte de España.

 

Sin embargo generosamente, no quiso atacar Sevilla, ciudad en la que el rey Don Alfonso, ya viejo y enfermo se había refugiado. En esta ciudad pasó Don Alfonso los últimos días de su vida, arropado por algunos fieles magnates y por todo el pueblo sevillano que se manifestó al anciano rey y se dispuso a servirle en todo.

 

Como signo de gratitud a esta lealtad concedió al Ayuntamiento de Sevilla un lema a modo de jeroglífico, formado por las sílabas NO y DO con una madeja en medio. Así la lectura de este criptograma es "no-madeja-do", expresión fonética de la frase "no me ha dejado", con la que el rey quería agradecer a Sevilla el hecho de que no le hubiera abandonado.

Como contraposición a la leyenda tradicional, parece ser que su origen procede de las sílabas iniciales de Nomen Domine, abreviación de "en el nombre de Dios". Lemas parecidos lo comparten otros escudos de armas de ciudades europeas desde la Edad Media como Londres. De ese modo la madeja no es más que un nudo. Por el contrario, desde que Diego Ortiz de Zúñiga publicara este jeroglífico en sus Anales (1671), la tradición popular lo lee como "No-madeja-do". El emblema y su leyenda, es seguramente un jeroglífico creado por algún literato del Renacimiento tan aficionados a ellos. La interpretación de su significado no posee ninguna argumentación rigurosa en la historia real o documental.

 

Según los estudios más actuales, fue Argote de Molina, en 1588, el primero que dejó constancia de esta leyenda en un documento escrito y posteriormente lo harán Fernando de la Torre Farfán y el antes mencionado Diego Ortiz de Zuñiga, que hicieron que esta interpretación del símbolo fuera aceptada masivamente por la ciudadanía sevillana. La autoría intelectual del símbolo apunta a las Escuelas de Latín y Arabe y la de Gramática, que fueron creadas en 1254 por Alfonso X El Sabio para desaparecer justo a su muerte, en 1284, y tras dos años de Guerra Civil con su sucesor Sancho IV, de manera que aunque no a través del "no-madeja-do", el símbolo sí se relacionaría con el monarca Alfonso X.

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